El objetivo
En 2024, el grupo de trabajo «Erinnerungsort Gleis 1» (Lugar conmemorativo vía 1) creó un «espacio rememorativo» en los terrenos de la cooperativa residencial Möckernkiez eG en Berlín-Kreuzberg. Desde entonces, aquí se encuentra un desvío histórico, en el que se cambiaban las agujas, así como un panel informativo. Ambos objetos hacen referencia a los llamados «transportes de ancianos» de judíos berlineses que tuvieron lugar entre 1942 y 1945desde la estación de Anhalter Bahnhof al gueto de Theresienstadt.
Este memorial pretende llamar la atención, invitar a la reflexión, informar sobre el contexto histórico y fomentar la participación interactiva. De este modo, la asociación Arbeitsgemeinschaft des Möckernkiez e. V. se suma a la responsabilidad histórica de Berlín por los crímenes antisemitas y crea una referencia cultural conmemorativa en su zona residencial. Ello pone de manifiesto que también en el entorno residencial inmediato del barrio de Möckernkiez hay huellas históricas del régimen nazi. Las placas conmemorativas de los «transportes de ancianos» que se encuentran en la estación de Anhalter Bahnhof y la instalación «SchriftZug», creada en 2025 por la artista berlinesa Christine Berndt en las vías del ‚Park am Gleisdreieck‘, junto con el lugar conmemorativo de Yorckstraße/esquina Katzbachstraße, conforman un camino conmemorativo que mantiene vivo el recuerdo de las víctimas de la tiranía nazi.
El lugar conmemorativo
El objeto que se presenta en el recinto de Möckernkiez eG es un desvío en el que se cambiaban las agujas manualmente. Lleva el sello «Firma Fr. Beyersmann Hagen, 1927». Desde 1933, esta empresa solicitó ayudas económicas al Estado nazi. Estas ayudas eran un instrumento con el que el régimen nazi quería reconstruir la industria armamentística y prepararla para la economía de guerra. Más tarde, la empresa pasó a formar parte del consorcio Hoesch AG, que, entre otras cosas, producía armamento y empleaba a un gran número de trabajadores forzados.
Entre junio de 1942 y marzo de 1945, se acoplaron en 116 ocasiones vagones de tercera clase a trenes regulares que partían de la estación Anhalter Bahnhof en dirección a Dresde. Mientras que el resto de los pasajeros del tren se dirigían al trabajo o de vacaciones, el viaje terminaba para casi 10 000 judíos berlineses en el gueto de Theresienstadt. El panel informativo del lugar conmemorativo hace referencia a este contexto:
Este desvío ferroviario pertenecía a las vías de la estación de Anhalter Bahnhof. Aquí se desviaron los destinos de casi 10 000 personas judias de Berlín. Los nacionalsocialistas las deportaron entre 1942 y 1945 al gueto de Theresienstadt y, más tarde, a menudo al campo de exterminio de Auschwitz.
Contexto histórico
En 1933, el régimen nacionalsocialista comenzó con la marginación, la privación de derechos, la persecución y la expulsión de la población judía. Aquellos que no pudieron o no quisieron abandonar Alemania a tiempo fueron deportados. Para hacer que el Reich alemán estuviera «libre de judíos», los dirigentes nazis calificaron las deportaciones de judíos que comenzaron en otoño de 1941 en todo el Reich como «reasentamientos» en los «territorios del este». Desde octubre de 1941, la ley les prohibía emigrar. Así, entre 1941 y 1945, casi 50 000 judíos fueron deportados desde Berlín a guetos en la Europa Central y Oriental ocupada por Alemania, y casi todos fueron asesinados. El primer tren de deportación partió de la vía 17 de la estación de Grunewald el 18 de octubre de 1941. Para preparar los transportes, la Gestapo de Berlín estableció campos de concentración. Estos se encontraban en varios barrios de la ciudad y existieron durante períodos de tiempo variables. A menudo se utilizaban para ello residencias de ancianos judíos, cuyos residentes ya habían sido deportados anteriormente. Los judíos tuvieron que ceder sus propiedades al Estado nazi. Las autoridades fiscales de Berlín valoraron los bienes abandonados, los confiscaron y los subastaron a particulares, que de esta manera adquirieron a bajo precio las propiedades de sus antiguos vecinos, si es que no habían saqueado previamente los apartamentos abandonados, lo que ocurría en ocasiones. Los apartamentos desalojados y precintados se pusieron a la venta en el mercado inmobiliario. La ciudad de Berlín tenía el poder de disposición.
El día de la deportación, los judíos y judías que debían partir desde la estación de Anhalter Bahnhof fueron despertados entre las dos y las tres de la madrugada y recibieron un desayuno sencillo, preparado por empleados de la comunidad judía. Hacia las cuatro salieron del edificio de la Große Hamburger Straße. Tuvieron que caminar varios cientos de metros hasta la Monbijouplatz, donde les esperaba un tranvía de la empresa de transportes de Berlín. Hacia las 5:15 llegaron a la estación Anhalter Bahnhof. A través de una entrada lateral fueron conducidos a la vía 1 y tuvieron que subir a vagones de tercera clase. Estos vagones se acoplaron a un tren de pasajeros regular que partía a las 6:07.
En Dresde, los vagones se acoplaron a otro tren con destino a Praga que circulaba según el horario previsto. La ruta discurría a lo largo del Elba hasta Bohusovice (Bauschowitz). Allí, los deportados tuvieron que bajarse del tren, donde les esperaban miembros de las SS y la gendarmería checa. A continuación, se les obligó a caminar con su equipaje los aproximadamente tres kilómetros que separaban Bohusovice de Theresienstadt. Los que no podían caminar fueron transportados al gueto en camiones.
Muchos de los judíos alemanes de edad avanzada habían firmado los llamados contratos de compra de residencias y habían entregado al Estado alemán cantidades considerables, a veces todo su patrimonio, para conseguir una plaza en una de las «residencias y centros de cuidados para ancianos». Con ello esperaban evitar los transportes al este. Solo en Theresienstadt se dieron cuenta de que habían sido engañados. En total, unos 140 000 hombres, mujeres y niños fueron deportados al gueto de Theresienstadt. Durante los últimos días de la guerra, otros 13 000 prisioneros fueron enviados a Theresienstadt desde campos de concentración abandonados. La mayoría procedían de Bohemia y Moravia (unas 74 000 personas) y del Reich alemán (unas 43 000). Una cuarta parte de los prisioneros del gueto de Theresienstadt (más de 33 000) murieron allí, principalmente debido a las insoportables condiciones de vida. Más de 88 000 prisoneras y prisioneros fueron deportados a campos de exterminio. Solo 4000 de ellos sobrevivieron hasta la liberación.